juan guillermo tejeda

TODOTERRENO: TODO GRATIS

Posted in ESCRIBO by jgtejeda on junio 4, 2008

(artículo que me publican hoy en Las Últimas Noticias) >>>>>>>>>>> En el Senado están haciendo una nueva ley de derechos de autor, para ponerla en sintonía con el mundo global, lo que es razonable. Pero lo que ya no es tan razonable es el modo como se está procediendo. Los derechos de autor son lo único que de manera natural pertenece a los creadores de cualquier campo. Suelen ser derechos magros, pero a veces, después de muchos intentos fracasados finalmente le da algún artista con el palo al gato: lo que corresponde es que tras su desventura pueda disfrutar del éxito. La ley chilena parece ir en otra dirección. Se ha ido infiltrando en nuestra sociedad un extraño comunismo, un comunismo de autor. Es como antipático que los artistas quieran cobrar derechos por una canción o un poema, cuando todo va tan suave sin pagar. Las creaciones culturales, afirma un senador de izquierda, son patrimonio de la humanidad. Así es que si yo escribo un soneto, aquello pasa a ser de todos. En cambio la dieta del senador es de él. Aquella señora pobre no debe pagar los derechos de autor de una película: no es cruel en cambio que pague el pan, o el zapallo, o la cuenta de la luz. En un mundo voraz, los artistas van a tener que ser los únicos desinteresados. Es agradable ser comunista cuando uno no es el dueño de lo que se reparte: por eso los proletarios eran comunistas, y los ricos más bien no. Hoy los que no son capaces de hacer música ni de escribir ni de actuar ni de cantar o bailar se sienten supergenerosos con lo ajeno. Cunde el entusiasmo entre ministros y parlamentarios. Así como el gobierno le suelta al pueblo de vez en cuando un bono de diez mil pesos, y todos aplauden, así también van a permitir libertad total de uso de fotos, textos, películas o clips musicales sin darle nada a los creadores. Los años que pasó cada artista estudiando y trabajando para escribir ese libro que se fotocopia sin que él cobre nada, o para bailar aquel minué-rock que le salió tan taquillero y está en You Tube, no corren ¡La cultura chilena es de todos, mi alma! Hay grandes empresas que se hinchan cobrando por la banda ancha. Sobre el 80 por ciento del tráfico de internet son obras de autores y artistas que todos pueden ahora disfrutar, bendita sea. Pero los creadores es mejor que no cobren. Ha vuelto el comunismo, aunque sólo para algunos. No se entiende realmente que un gobierno que salió elegido gracias al apoyo de la gente de la cultura esté actuando contra los artistas. Es raro que gente de derecha, tan entusiasta de la propiedad privada, no respete esta pequeña propiedad que son los derechos de los autores. Una sociedad que trata mal a sus creadores se trata mal a sí misma. Cuidado con esa ley. Y cuidado, chiquillas y chiquillos, con el comunismo.

11 respuestas

Subscribe to comments with RSS.

  1. […] por el mismo Juan Guillermo Tejeda en el diario Las Últimas Noticias de ayer miércoles y que ha reproducido también en su blog, donde arremete con anteojeras y a empellones en contra del proyecto de reforma a la ley de […]

  2. jgtejeda said, on junio 5, 2008 at 1:38 pm

    CITO COMPLETO EL ARTICULO DE C. RUIZ EN QUEMAR LAS NAVES:
    junto con citarlo, percibo que en el texto hay escasas razones, y varias descalificaciones, alguna de ellas bastante gruesas. Creo que mis creaciones son mías (no sé de quién más podrían ser), tal como lo que dice C. Ruiz es de él. Que cada cual regale a la humanidad lo que crea conveniente (yo le he dado algo), pero que no se convierta en obligatorio lo que es derecho de cada cual.
    ………………………………………………………………………………………………..

    “Tal como el desconocimiento de la idea de derecho de autor puede arruinar a los autores, también es cierto que el uso inflexible de leyes y regulaciones de derechos de autor o patentes puede terminar inhibiendo la libre circulación del saber y de las ideas. Es evidente que alguien inventó o diseñó la rueda. Si tuviésemos que pagar en cada caso un derecho de autor por el uso no sólo de la rueda, sino también del alfabeto, el paraguas, los zapatos, el papel o el vaso, y siguiéramos indefinidamente con esa lógica, la vida sería insoportable y el progreso imposible.”

    Con estas palabras, Juan Guillermo Tejeda explica el derecho de autor en la página 102 de su libro “Diccionario crítico del diseño”, publicado por Paidos, Barcelona, el año 2006.

    Las que acabo de reproducir son sin lugar a dudas palabras razonables y adecuadas a estos tormentosos tiempos que vivimos en materia de derechos de autor. Tormentosos porque somos bombardeados en forma inclemente y regular por los titulares de derechos de autor (no los Tejeda, sino los McGraw-Hill, los Adobe y los Warner Bros.) tanto a nivel del discurso como a nivel de los lobbys legislativos, tratando de convencernos de algo que hace rato dejamos de creer: que la única forma en la que puede existir arte y cultura es con un sistema de derechos de autor poderoso y restrictivo para el resto de la gente.

    Es que esta posición, en resumidas cuentas, también responde en cierta medida a una forma de comprender la creación de cultura. Porque mientras la ley históricamente ha entendido que los derechos de autor son privilegios que la sociedad le entrega a los autores de obras intelectuales por un lapso de tiempo para que puedan explotar comercialmente dichas obras, hoy este derecho de autor -desfigurado de tantos esteroides- pareciera decirle a algunos que lo que ellos hacen es un arte elevado y que distingue en forma sustantiva de las obras intelectuales vulgares que realizamos todos los demás, incluyendo los artículos de este blog y las fotografías que usted y yo colgamos en Flickr. Una forma elitista de entender la creación y la cultura que se basa en concepciones de la generación de cultura pre ilustradas, por decir algo.

    Todo esto que le cuento es a raiz de un interesante a la par de afiebrado artículo publicado por el mismo Juan Guillermo Tejeda en el diario Las Últimas Noticias de ayer miércoles y que ha reproducido también en su blog, donde arremete con anteojeras y a empellones en contra del proyecto de reforma a la ley de propiedad intelectual que hoy se encuentra en el Senado.

    Como si el autor de las líneas que las citaba al comienzo fuera otro, Tejeda arremete en contra de lo que él denomina “comunismo de autor”, que vendría a ser una tendencia entre muchos a evitar o disgustarse porque los artistas cobren por el uso de sus creaciones. Ejemplifica Tejeda su punto criticando duramente una supuesta frase se un senador de izquierda (sic) que apuntaba que las creaciones culturales son patrimonio de la humanidad, porque si un artista escribe un soneto es de todos, pero la dieta del senador es sólo de él.

    ¿Sabe lo que más me sorprende? La delgada línea que separa la mala intención desinformada y la ignorancia respecto del tema. Porque, entre otras cosas, a diferencia de lo que sucede con “la dieta del senador” (qué fácil es ser demagógico en todo caso), las obras intelectuales se protegen por un lapso de tiempo y luego de expirado ese lapso pasan a lo que se denomina patrimonio cultural común. ¡Vaya diferencia con la propiedad que tengo sobre el computador en el que escribo estás lineas! Y esto por una razón simple. No hay ninguna posibilidad, ninguna, de creación de cultura sin haberse servido de obras intelectuales anteriores. Entender el derecho de autor como propiedad es, de alguna forma, una deformación funesta y corporativa de una clase de derechos que están a años luz de los derechos de propiedad regulares. Derecho de autor y re-creación siempre han ido de la mano. Lo que pasa hoy, es que la tecnología lo que hace es precisamente democratizar tanto el acceso como la creación. Sino pregúntele a Lizst y su maravillosa reinterpretación de las sinfonías de Beethoven o las obras de Schubert al piano.

    Más allá del mesianismo artístico-concertacionista de algunos -que dicen sueltos de cuerpo que este gobierno salió electo por ellos y que por tanto la presidenta les debe reverencia- sorprende que lo que se está discutiendo en el Congreso y que tanto preocupa a este sector de la cultura son mayores y mejores excepciones y limitaciones al derecho de autor, para equipararnos a estándares internacionales. Porque si lo que el artista concertacionista quiere decir es que le parece mal que las bibliotecas para ciegos puedan realizar adaptaciones de obras intelectuales para los discapacitados visuales, díganlo con todas sus letras, pero no lo escondan en una verborrea histérica, maliciosa y desinformada.

  3. Alberto Cerda Silva said, on junio 5, 2008 at 2:49 pm

    Estimado Guillermo,
    Ante la ley, el artículo escrito por Claudio también es inequívocamente una obra.
    ¿Le ha parecido a Ud. razonable copiarlo en su sitio web?
    ¿Sabe Ud. que está infringiendo la ley al reproducir el artículo de otro en su propio sitio?
    Ud. me dirá que lo que hace es una simple cita, muy usual y permitida en entornos académicos y admitida en nuestra legislación.
    Sin embargo, ¿sabe Ud., que de acuerdo a nuestra normativa la cita no debe exceder de 10 líneas? Lo invito a contar cuantas líneas de Claudio ha reproducido.
    Oh… sorpresa, don Guillermo, ante la ley Ud. es un infractor de derechos y probablemente un pirata.
    ¿No le parece el colmo que la ley le censure a Ud. de este modo?
    A mi me lo parece. Lo peor es que puedo darle cientos de ejemplos al respecto: la serie cuchillos de Patrick Hamilton, el documental «Arte y Política» de Pablo Oyarzún y Nelly Richard, buena parte de la biblioteca para invidentes de la Corporación de Ciegos de Providencia, la labor de conservación de textos en la Universidad de Chile, y un largo suma y sigue.
    Lo paradojal es que todos esos usos y prácticas son legítimos en la mayor parte de los países del mundo. A través de ellos se alienta la creatividad y se garantiza acceso a la cultura y el conocimiento. Eso, hoy no lo hace nuestra legislación. El Gobierno ha comprendido el problema y ha procurado establecer un razonable sistema de excepciones en la materia; uno que satisfaga necesidades sociales, acorde estándares internacionales y no hipoteque la creatividad nacional y el acceso a la cultura.
    Por el respecto que siento hacia Ud, lo invito a conversar. Verdad, lo invito a conversar. Lo invito a que se deje permear. Estoy dispuesto a terminar siendo yo permeado. Estoy dispuesto a correr el riesgo.
    Un cordial saludo,

    Alberto Cerda Silva
    Profesor Derecho y Nuevas Tecnologías – Universidad de Chile
    Director de Estudios de ONG Derechos Digitales

  4. jgtejeda said, on junio 5, 2008 at 3:20 pm

    Acuso recibo, Alberto, de sus precisones, desgraciadamente orientadas no al debate sino a la descalificación de mis conductas. En este caso es más que una cita: se trata de alusiones a mis opiniones y además a mi persona que ha hecho don C. Ruiz. De tal manera que cualquier juez del planeta coincidirá conmigo en que es muy difícil hacerme cargo de lo que de mí se dice sin reproducirlo. En fin, excepciones, las que sean necesarias, como en todo derecho, que jamás puede ser ilimitado. Pero que no me echen abajo el quiosco donde vendo mis modestas paltas, por lo demás robustas y sabrosas. Entre la avidez de las grandes corporaciones, el trato de patrones de fundo de muchos empresarios locales y la generosidad con lo ajeno de nuestras estimadas ONGs nos vamos a quedar sin creación.

  5. panchovera said, on junio 5, 2008 at 4:56 pm

    Estimado,
    Saliendo un poco de la discusión si hubo o no descalificación contra su persona, o si su uso del post de Claudio es o no autorizado (aunque puede hacerse cargo de lo escrito linkeándolo, y tampoco existe excepción de reproducción para efectos de crítica); me interesa hacerle una pregunta Sr. Tejeda:
    ¿En qué parte del proyecto de ley que ataca va en dirección «comunista»? ¿en qué parte le «echarían abajo el quiosco»?
    Aquí nadie ha dicho que Ud. sea un ogro ni un fundamentalista en la materia, de hecho, conociendo y citando su obra la reacción ha sido más de extrañeza, así que por favor no se esfuerce en quedar como talibán.

  6. Claudio Ruiz said, on junio 5, 2008 at 5:04 pm

    Estimado Juan Guillermo,

    Antes que todo, supongo que estaremos de acuerdo que sentarse a conversar -aunque sea virtualmente- quienes tenemos ideas distintas es una gran cosa para la democracia. Y esto es así porque la contraposición de ideas produce finalmente a tomar mejores decisiones de los asuntos públicos.

    Todas las reformas a la ley de propiedad intelectual chilena que se han realizado en los últimos años han sido reflejo de precisamente lo contrario. A pesar de que el derecho de autor supone una serie de intereses en juego, en el Congreso sólo ha habido espacio para escuchar a uno de ellos. Intereses legítimos, claro está, pero ciertamente no los únicos.

    En su artículo si bien se aprecia una intuición de proteger algo que considera propio (y diablos que bien que está que los artistas y creadores luchen por la protección de sus derechos!), creo que lo hace más bien desde la epidermis antes que con la templanza. En mi artículo no lo he atacado personalmente, pues mal podría hacerlo dada la estima que le tengo en su calidad de docente, sino que me sirvo de lo escrito por usted para clarificar lo que está en juego. Sino por favor le pido que me indique en qué lugar del documento actualmente en discusión en el Senado se establece que la ley vaya a permitir, y lo cito: «libertad total de uso de fotos, textos, películas o clips musicales sin darle nada a los creadores», porque hasta donde yo sé, eso no está establecido en nuestra ley, no se pretende establecer ni tampoco se establecerá.

    Nadie, menos yo, querría echarle abajo el quisco donde vende sus paltas. Lo que se quiere establecer en la ley, y acá me sumo a la invitación de Alberto a conversar e intercambiar opiniones, es de una vez por todas establecer adecuados equilibrios normativos y excepciones que por lo demás nadie está inventando localmente, sino que responden a estándares internacionalmente aceptados y que Chile sistemáticamente no ha cumplido. Que permitan ciertos usos a las bibliotecas, y que le permita a usted, por ejemplo, hacer la reproducción que hizo de mi artículo sin contravenir la ley.

    Y pienso que estos equilibrios no están establecidos en nuestra ley, precisamente por lo que le comentaba antes. Porque fuera del proyecto actualmente en tramitación, antes no había posibilidad de diálogo entre los intereses comprometidos y ahora sí. Para mi, eso es un buen paso para una mejor democracia y por tanto para tener mejores leyes.

    Saludos cordiales,
    Claudio Ruiz

  7. jkocontreras said, on junio 6, 2008 at 11:34 am

    creo que la palabra comunismo está mal utilizada todo el rato.
    porque los derechos de autor no son de ningún partido y repartidas para todos por igual. sino las obras directamente accesibles para todo y de propiedad de cada uno.
    sin duda es una actitud libertaria, pero no comunista.

    otra reflexión sobre lo mismo, que va mucho más allá que la ley y la necesidad de debatirla, es que a mi me parece que compartir es bueno, y que, citando el ejemplo de las necesidades básicas de GT, si alguien no tiene para comer otro – que si tiene – debería darle un poco, y entender esa falta de moral, que si no tienes para comer es cosa tuya, y de ahí compararla a ver una película, o a la prohibición por precio de la misma posibilidad para esa misma persona pobre, es una crueldad en si misma, aceptar esas diferencias sociales para mi no es debatible, es maldad.

    como siempre, profe, y claudio y alberto, mis opiniones se cuestionan otra cosa más profunda: ¿somos tan egoístas?

    El tema no está en quién gana plata al CREAR algo, sino quién no puede ACCEDER a lo mismo. La cultura bebería ser una plaza pública, no un recinto privado.

  8. Gorgonzola said, on junio 6, 2008 at 11:57 am

    hay un error fundamental que jgtejeda asume como premisa y que cruiz no es lo suficientemente enfatico en desmentir: los derechos de autor no son propiedad. la propiedad intelectual es una falacia.

    los derechos de autor son una concesion de parte de la comunidad a los creadores para la proteccion de los intereses *de la comunidad* referidos a 1.- integridad de la obra y 2.- retribucion por la creacion de un bien de goce publico.

    1 esta obsoleto por el avance tecnico, ahora la copia mas barata es la perfecta, por lo que no tiene sentido restringir la copia para prevenir la corrupcion de las obras.

    2 es una falacia y siempre lo ha sido. han habido grandes creadores en la historia sin necesidad de protecciones artificiales a los resultados del trabajo creativo, y en el peor de los casos, si los artistas quieren dejar de «crear» por que no pueden cobrar, bueno, que se pudran, es cosa de ellos. restringir los derechos de la comunidad en el goce de bienes publicos como «incentivo» es derechamente conservador, y en el contexto de la «propiedad» intelectual, claramente enfermo.

    Una vez qjue se comprende eso y se tiene claro que la proteccion de derechos de autor es una concesion de la comunidad al autor, darse cuenta de que esta concesion requiere proteccion, y que esa proteccion requiere de mecanismos de violacion de los derechos de los usuarios es automatico.

    Si se pierde de vista este origen, se cae en el fanatismo y alarmismo actual del que el señor jgtejeda es un claro ejemplo; se asume como derecho «natural» la proteccion de la «propiedad» intelectual, y empezamos violando los derechos de los usuarios (o sea de la comunidad) a diestra y siniestra, como ocurre hoy con la DMCA, los DRM, la penalizacion del p2p y otras perlas que a los progresistas y liberales «creadores»* les encanta reclamar. De ahi que nos llamen «comunistas», por que estamos atentando contra su «propiedad».

    Afortunadamente, la situacion actual hace que sea tan facil violar la «propiedad» intelectual, y tan dificl protegerla, que los mecanismos de proteccion que se requieren, que se piden y que se implementan en el resto del mundo se han convertido en atrocidades intrusivas, y hoy practicamente la totalidad de la comunidad los esta encontrando inaceptables y reclame, y empiece a darse cuenta de la estupidez en que ha degenerado la concesion original realizada por la comunidad a los creadores de contenido, y de lo absurdo que es hablar de «propiedad» intelectual.

    Si a eso sumamos que en los hechos se esta demostrando con creces que aun en el pirate-fest en que vivimos la creacion, intercambio y diseminacion de conocimiento solo ha crecido de forma exponencial, la conclusion inevitable cae por su propio peso:

    Solo quieren dinero.

    ps: Cuando hablo de «creadores» en realidad me refiero a «sostenedores de los derechos de autor», que no es lo mismo. Pero es obvio que en este contexto esa sutil diferencia debe pasar a segundo plano. No nos vamos a meter a tratar el tema de la explotacion de los artistas por parte de los distribuidores…

  9. […] nefasto, apolillado y caduco, son los representantes de ciertos titulares de derechos de autor, que gracias a campañas del terror que recuerdan tiempos que queremos olvidar, pretenden mantener un status quo que sólo beneficia a […]

  10. jgtejeda said, on junio 17, 2008 at 3:19 pm

    Somos tan liberales en este blog……. observo como caen descalificaciones y adjetivos sobre mi espalda, casi todos negros, cuando esperaba, quizás, una colorida lluvia o llovizna de ideas. Observo que el adjetivo reemplaza muchas veces a una formulación original, y que los casos extremos pretenden desalojar a la sensatez. En fin, me convencen más las ideas que los improperios, y mucho más las ideas que vienen acompañadas de un testimonio personal, de una obra hecha. Os amo a todos.

  11. Raul Castillo said, on junio 22, 2008 at 4:55 am

    jgtejeda,

    quiero comentar que comparto el fondo del artículo. Entiendo perfectamente el tema del comunismo en el artículo. También entiendo a los que contraponen su pensameinto por sobre el aquí expresado.

    Gritar en la plaza pública no es lo más recomendable porque el populacho poco entenderá sabiendo que pocas veces usa la razón.

    Dicen que todos somos comunistas hasta que nos tocan nuestro propio bolsillo.

    Saludos y no te preocupes porque todavía quedan quienes saben razonar. La Internet, y este blog, es de libre acceso y he ahí los comunistas posteando…


Deja un comentario